Héctor Pelegrín é un axente de seguros fracasado, logra que o admitan no Colexio Ferrán como profesor de educación física. O único problema é que carece da preparación precisa. No desempeño do traballo para instruír aos rapaces no deporte empregará uns métodos un tanto peculiares.
Pelegrín convence o director para organizar un partido de fútbol contra o colexio rival, coa escusa de que poderán gañar a fama que o colexio precisa.
O protagonista , Héctor Pelegrín, é un tipo algo fachendoso e relisto que vai adestrar os seus discípulos tanto no papel de espectadores coma no de deportistas, intentando aproveitar en cada caso a situación para sacar o maior proveito persoal.
Velaí un fragmento inicial da novela: En el que Héctor Pelegrín halla su plataforma de lanzamiento.
Si aquel filántropo, cuyo nombre no llegó a saberse nunca, hubiera dominado su impulso de ofrecerse a comprar un par de medias a Luisona Valdés cuando ella admiraba uno de esos escaparates llenos de tentaciones para el hombre, no ocurriría, probablemente, nada de lo que ocurrió y ni esta historia podría ser escrita, ni el señor Pelegrín saldría de la zona donde bullen como larvas millones y millones de mortales aprisionados en al vulgaridad densa y oscura.
Cuando nuestro patricio alcanzó después, la fama que le merecieron sus teorías, el fervor con que muchos las aceptamos, el regocijo que en otros produjeron, las mismas burlas con que se le persiguió y su perenne escasez de dinero -que de todo eso se compone la gloria-, se quedaron determinadas en tal instante. Fué como si el Destino derribase de un empujón el muro que ocultaba su ruta a aquel que tanto debía influir en la interpretación y en el rumbo de una de las cuestiones más apasionantes de nuestra vida social.”
Pelegrín convence o director para organizar un partido de fútbol contra o colexio rival, coa escusa de que poderán gañar a fama que o colexio precisa.
O protagonista , Héctor Pelegrín, é un tipo algo fachendoso e relisto que vai adestrar os seus discípulos tanto no papel de espectadores coma no de deportistas, intentando aproveitar en cada caso a situación para sacar o maior proveito persoal.
Velaí un fragmento inicial da novela: En el que Héctor Pelegrín halla su plataforma de lanzamiento.
Si aquel filántropo, cuyo nombre no llegó a saberse nunca, hubiera dominado su impulso de ofrecerse a comprar un par de medias a Luisona Valdés cuando ella admiraba uno de esos escaparates llenos de tentaciones para el hombre, no ocurriría, probablemente, nada de lo que ocurrió y ni esta historia podría ser escrita, ni el señor Pelegrín saldría de la zona donde bullen como larvas millones y millones de mortales aprisionados en al vulgaridad densa y oscura.
Cuando nuestro patricio alcanzó después, la fama que le merecieron sus teorías, el fervor con que muchos las aceptamos, el regocijo que en otros produjeron, las mismas burlas con que se le persiguió y su perenne escasez de dinero -que de todo eso se compone la gloria-, se quedaron determinadas en tal instante. Fué como si el Destino derribase de un empujón el muro que ocultaba su ruta a aquel que tanto debía influir en la interpretación y en el rumbo de una de las cuestiones más apasionantes de nuestra vida social.”
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