La historia es sencilla: un día un buitre sale con sus hijos de paseo, y el más pequeño, de un año, le pide un helado de burro, cuya existencia parece imposible.Durante algún tiempo se pensó que Pepín Bello era un autor ágrafo, de “maravillosa improductividad”, en los últimos años han aparecido diversos textos suyos. Ahora se rescata Un cuento putrefacto (Sd Edicions), con ilustraciones de Manuel Flores, un relato infantil, de humor grotesco y surrealista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario