Si la fuerza de carácter y la devoción de la señora Curie estuviesen vivas en los intelectuales europeos, aunque sólo fuese en una pequeña proporción, Europa tendría ante sí un futuro brillante.
Tuvo presente la ciencia hasta el final de sus días. Cuando estaba próxima a su final pudo ver cómo su hija había producido un resultado importante. Frédéric Joliot (el marido de Irène y otro apasionante personaje) nos contaba:
Marie Curie seguía el progreso de nuestras investigaciones y nunca olvidaré la expresión de pura alegría que se produjo en ella cuando Irène y yo le enseñamos el pequeño tubo de cristal que contenía el primer radioelemento artificial. Pudo verla todavía sosteniendo en su mano, quemada por el radio, aquel tubo con un radioelemento aún activo. Quería comprobar lo que le estábamos diciendo y fue al contador Geiger-Müller, en donde escuchó los clics del contador de radiación.
En palabras de la Propia Marie Curie:
Soy de los que piensan que la ciencia tiene una gran belleza. Un sabio en su laboratorio no es sólo un teórico. También es un niño colocado ante los fenómenos naturales que le impresionan como un cuento de hadas. No pensemos que todo progreso científico se limita a mecanismos, máquinas y engranajes (...) Si veo a mi alrededor algo vital es precisamente este espíritu de aventura emparentado con la curiosidad.
Tuvo presente la ciencia hasta el final de sus días. Cuando estaba próxima a su final pudo ver cómo su hija había producido un resultado importante. Frédéric Joliot (el marido de Irène y otro apasionante personaje) nos contaba:
Marie Curie seguía el progreso de nuestras investigaciones y nunca olvidaré la expresión de pura alegría que se produjo en ella cuando Irène y yo le enseñamos el pequeño tubo de cristal que contenía el primer radioelemento artificial. Pudo verla todavía sosteniendo en su mano, quemada por el radio, aquel tubo con un radioelemento aún activo. Quería comprobar lo que le estábamos diciendo y fue al contador Geiger-Müller, en donde escuchó los clics del contador de radiación.
En palabras de la Propia Marie Curie:
Soy de los que piensan que la ciencia tiene una gran belleza. Un sabio en su laboratorio no es sólo un teórico. También es un niño colocado ante los fenómenos naturales que le impresionan como un cuento de hadas. No pensemos que todo progreso científico se limita a mecanismos, máquinas y engranajes (...) Si veo a mi alrededor algo vital es precisamente este espíritu de aventura emparentado con la curiosidad.
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