Un hombre está mirando a una mujer,
está mirándola inmediatamente,
con su mal de tierra suntuosa
y la mira a dos manos
y la tumba a dos pechos
y la mueve a dos hombres.
Pregúntome entonces,
oprimiéndomela enorme,
blanca, acérrima costilla:Y este hombre
¿no tuvo a un niño por creciente padre?
¿Y esta mujer, a un niño
por constructor de su evidente sexo?
Puesto que un niño veo ahora,
niño ciempiés, apasionado
enérgico;veo que no le ven
sonarse entre los dos, colear, vestirse;
puesto que los acepto,
a ella en condición aumentativa,
a él en la flexión del heno rubio.
unode vivir, sin volver ni uno
a temblar en la justa que venero:
¡Felicidad seguida
tardíamente
Y exclamo entonces, sin cesar ni
del Padre,del Hijo y de la Madre!
¡Instante redondo,familiar,
que ya nadie siente ni ama!
¡De qué deslumbramiento áfono, tinto,
se ejecuta el cantar de los cantares!
¡De qué tronco, el florido carpintero!
¡De qué perfecta axila, el frágil remo!
¡De qué casco, ambos cascos delanteros!
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