Después, cual lampo fugitivo y leve,
como soplo veloz,pasó el amor…,
la esencia de la vida…;mas… aún vivís los dos.
«Tú de otro, y de otra yo» ,
«Tú de otro, y de otra yo» ,
dijísteis luego.
¡Oh mundo engañador!
Ya no hubo noches de serena calma,brilló enturbiado el sol!…
¿Y aún, vieja encina, resististe?
¿Y aún, vieja encina, resististe?
¿Aún late,mujer, tu corazón?
No es tiempo ya de delirar,
no tornalo que por siempre huyó.
No sueñes, ¡ay!, pues que llegó el inviernofrío y desolador.
No sueñes, ¡ay!, pues que llegó el inviernofrío y desolador.
Huella la nieve, valerosa, y cante
enérgica tu voz.¡Amor,
llama inmortal, rey de la tierra,
ya para siempre, adiós!
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