Por debajo de la mesa
acaricio tu rodilla y bebo
sorbo a sorbo tu mirada
angelical y miro de tu
boca esa flor de maravilla
las alondras del deseo
cantan, vuelan, vienen, van
El bolero expresa una visión del amor modernista, cosmopolita y pagana. Un modo de expresión que sirve de marca de identidad de una América con voz propia.
4 comentarios:
Por debajo de la mesa
acaricio tu rodilla y bebo
sorbo a sorbo tu mirada
angelical y respiro de tu
boca esa flor de maravilla
las alondras del deseo
cantan, vuelan, vienen, van.
Y me muero por llevarte
al rincón de mi guarida
en donde escondo un beso
con matiz de una ilusión
se nos va acabando el trago
sin saber qué es lo que hago
si contengo mis instintos
o jamás te dejo ir.
Y es que no sabes lo que tu me
haces sentir
si tu pudieras un minuto
estar en mi
tal vez te fundirías
a esta hoguera de mi sangre
y vivirías aquí y yo abrazado a ti.
Y es que no sabes lo que tú
me haces sentir
que no hay momento que
no pueda estar sin ti
me absorbes el espacio
y despacio me haces tuyo
muere el orgullo en mi
y es que no puedo estar sin ti
Bésame mucho (Consuelo Velázquez)
Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta la última vez.
bésame, bésame mucho,
que tengo miedo perderte,
perderte después.
Quiero tenerte muy cerca,
quiero mirarme en tus ojos,
verte junto a mí;
piensa que tal vez mañana,
yo ya estaré lejos,
muy lejos de aquí.
Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta noche la ultima vez.
bésame, bésame mucho,
que tengo miedo perderte,
perderte después.
El reloj (Roberto Cantoral)
Reloj no marques las horas,
porque voy a enloquecer,
ella se irá para siempre,
cuando amanezca otra vez
nomás nos queda esta noche,
para vivir nuestro amor,
y tu tic tac me recuerda,
mi irremediable dolor.
Reloj detén tu camino,
porque mi vida se apaga;
ella es la estrella que alumbra mi ser,
yo sin su amor no soy nada.
Detén el tiempo en tus manos,
haz esta noche perpetua;
para que nunca se aleje de mí,
para que nunca amanezca,
para que nunca amanezca
Solamente una vez (Agustín Lara)
Solamente una vez, amé en la vida,
solamente una vez, y nada más;
una vez nada más en mi huerto,
brilló la esperanza;
la eperanza, que alumbra el camino de mi soledad.
Una vez nada más, se entrega el alma;
con la dulce y total renunciación,
y cuando ese milagro realiza el prodigio de amarse;
hay campanas de fiesta que cantan, en el corazón.
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